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Intervención de Cristina Rodríguez-Porrero en el II encuentro de Personas Mayores de Euskadi


PARTICIPACIÓN Y VOLUNTARIADO DE PERSONAS MAYORES

EIBAR, Frontón Astelena, 1 de octubre 2024

En primer lugar quiero agradecer la invitación a participar en este II Encuentro de Personas Mayores de Euskadi, gracias por este gran regalo. Muchas gracias a EuskoFederpen  y enhorabuena por el gran trabajo que venís desarrollando. Muchas gracias a la Sra. Consejera, Sr. Alcalde y Sra. Diputada y personalidades por sus palabras y por acompañarnos y apoyarnos en este acto, y muchas gracias a todos ustedes por estar juntos festejando este Día.

Hoy Día Internacional de las Personas Mayores celebramos la Longevidad. Vivimos una época de grandes cambios rápidos, inesperados, digitales y globales, que nos afectan a las personas mayores. Las expectativas de vida se han ampliado y vivimos más años. La longevidad es una conquista que debemos celebrar. Pero además de celebrarla la tenemos que gestionar. Saber envejecer y desarrollar una longevidad activa y participativa constituye la obra maestra del arte de vivir. Por eso quería compartir con todos ustedes unos pensamientos, o reflexiones, sobre esta longevidad y cómo celebrarla y gestionarla.

El primer tema que quería compartir es de las relaciones con los demás, lo colectivo, la sociedad. Pensemos que el logro de la longevidad es en sí un logro colectivo, gracias a los avances conseguidos con el esfuerzo de muchas personas, médicos, biólogos, sociólogos, nutricionistas, ecólogos, psicólogos, responsables políticos, sociedad civil… Por ello tengamos claro que no somos islas aisladas flotando en el mar de la humanidad, y que justamente la relación con los demás es la base para nuestro propio crecimiento personal.


El gran dramaturgo Víctor Hugo decía que lo peor que le puede pasar a una persona es vivir sin existir para los demás. Hay días que necesitamos que alguien nos eche una mano, y hay días que nos piden a nosotros que echemos una mano, y así es como podemos conseguir una sociedad más cívica, más ética, más corresponsable y más solidaria. Hay una frase que me gusta mucho y dice así: “Nadie pelea la vida aisladamente”. Una mujer jurista que luchó mucho por la igualdad de la mujer Ruth Bader Ginsburg decía: “Lucha por las cosas que importan pero hazlo de manera que lleve a otros a unirse a ti”. Y Jordi Nadal que ha escrito un libro muy interesante que se titula La invención de la bicicleta, nos dice “Cada gesto de ayuda que recibimos y ofrecemos, es como una de esas pequeñas luces en el suelo de las pistas de un aeropuerto, nos da un punto para despegar o aterrizar con mayor seguridad. Puede que no lo resuelva todo, pero forma parte de todo cuanto ayuda”.

Participar viene del latín “pars” parte y “capere”  agarrar, tomar parte. Participar implica “ser parte”, “formar parte” y “tomar parte”. La nueva longevidad  nos lleva a que podemos ser jubilados del trabajo, pero no jubilados de la vida. Queremos ser personas con proyectos, con planes de futuro, con objetivos, y con metas, tener diversos asuntos entre nuestras manos para atender y para dedicarles nuestro conocimiento, experiencia y buen hacer. Ya no solo queremos que atiendan nuestras necesidades, que por supuesto que sí, pero ahora queremos seguir formando parte activa de la sociedad, pasar de solo pedir cosas a proponer cambios, de ser meros receptores de recursos a generar valor, valor público.

Y este es otro punto en el que quería insistir. Las personas mayores tenemos que ser más conscientes de nuestro papel para generar valor público. Tenemos que cambiar la mentalidad de “me dan, espero o necesito” por “propongo, cambio o impulso”, pasar de solo protestar y ser víctimas a liderar el cambio que queremos, proponiendo mejoras y buscando soluciones con otros agentes. Y la sociedad nos tiene que ver no como material de “descarte” sino como líderes de nuestras vidas y generadores de bien social.

Pensemos que la riqueza de un pueblo, de una nación, depende en gran medida de la fortaleza y pluralidad de su sociedad civil, y la sociedad civil representa el 98% de la sociedad. La cooperación voluntaria entre miembros de una sociedad significa que nos responsabilizamos de nuestro destino y que nos unimos para conseguir una sociedad mejor, más participativa y  justa para presentes y futuras generaciones.

Pero yo creo que debemos ir aún más allá, participar es muy necesario pero queremos transformar. Transformar nos lleva a pensar que podemos cambiar las cosas y que estamos obligados a hacerlo. Estamos obligados a disminuir la distancia entre la teoría y la práctica en la vulneración de los derechos, a defender la dignidad de cada persona, desde la diversidad de situaciones. Y esto nos lo tenemos que creer cada uno de nosotros y nosotras. El gran escritor Richard Bach nos da una buena pista: “¿Quieres conocer una señal para saber si has cumplido tu misión en el mundo: pues si estás vivo aun no la has cumplido. Te queda mucho que aportar, compartir y dar a los demás.” Y yo os ánimo” ¡Nos queda mucho que transformar!”. Y esta transformación no la debemos hacer en formato “Llanero solitario” cada uno por su lado, sino mejor unidos, cohesionados como sociedad civil organizada, formando parte de asociaciones, organizaciones, redes, como la Red de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores, colaborando con diferentes agentes. 

Una de las transformaciones que debemos hacer las personas mayores es la de los cuidados. Este año 2024 el lema del Día Internacional de las Personas Mayores que hoy celebramos es: “Envejecer con dignidad: la importancia de fortalecer los sistemas de atención y apoyo para las personas mayores en todo el mundo”. Queremos una revolución de los cuidados, mayor responsabilidad de todas las personas, que no solo recaiga el peso en  las mujeres, una mayor valoración y reconocimiento de la importancia de los cuidados y además debemos ampliar el concepto de cuidar: Cuidar la naturaleza: mar, ríos, montañas, bosques, jardines, huertos…; cuidar los bienes de la sociedad que hemos heredado y queremos mantener: cultura, tradiciones, idioma, nuestra ciudad y nuestro barrio…; cuidar los valores: construyendo comunidad en tiempos de individualismo, favoreciendo la cercanía y el contacto personal en tiempos de digitalización; consiguiendo la equidad en tiempos de mercantilización; cuidar a las personas, poniendo a la persona en el centro, sus deseos, lo que es importante para ella como ser individual y único, no queremos cuidados estandarizados y distantes; cuidarnos a nosotros mismos, cuidar a la familia, las relaciones, la vecindad, la sociedad, la democracia y cuidar así el futuro.

El voluntariado en sus múltiples facetas, voluntariado social, voluntariado cultural, voluntariado ecológico y medioambiental, el de asesoramiento empresarial, o espiritual, o para la salud, el voluntariado de desarrollo comunitario, el intergeneracional, el internacional, el que se puede hacer con sistemas digitales…, en todos los casos supone utilizar provechosamente nuestras habilidades e intereses, y también nos empuja a un aprendizaje y preparación constante, y este es otro aspecto de la nueva longevidad: el aprendizaje a lo largo de nuestra vida.

Con esto no os quiero crear estrés. Se dice que es bueno tras la jubilación bajar algo el pistón, apretar menos el acelerador, pero es muy importante vivir esta etapa de la vida con ilusión, ganas de participar y transformar. Esta actitud nos llevará a enfrentarnos mejor las secuelas de la edad, a estar mejor preparados para cuando lleguen, a tener un envejecimiento sereno, activo según la personalidad e intereses de cada uno,  con inquietudes, curiosidad, deseos de ser útiles a la familia y a la sociedad. El escritor Ramón Gómez de la Serna nos avisaba: Aburrirse es besar la muerte.

Lo fácil y lo cómodo es aislarse, pero lo correcto es comprometerse. Mi amiga y admirada Matilde Fernández, Presidenta de la Red Soledad.es, nos dice: “Vivimos momentos de cambios globales y hacer frente a nuevos malestares sociales, como la soledad, va a implicar la movilización de muchos actores: administraciones, economía, voluntariado, y la participación activa de muchas personas”. 

Para conseguir esta transformación a través de nuestro esfuerzo y compromiso se necesita que la sociedad, las empresas y las administraciones públicas sean facilitadoras de estas conexiones humanas, de esta participación para crear valor social, que haya plena accesibilidad pensando en personas mayores con discapacidad, y que muchas veces no participan por esta falta de accesibilidad, muchas veces cognitiva, como textos muy complicados, otras sensoriales y muchas aun físicas. Y desde luego hace falta que la sociedad valore esta participación y nos vea como agentes colaboradores y cohesionados.

La Década del Envejecimiento Saludable 2020-2030 nos señala cuatro metas importantes a conseguir: 

  1. Cambiar la forma en que pensamos, sentimos y actuamos hacia la edad y el envejecimiento, No al edadismo. 
  2. Asegurar que las comunidades fomenten las capacidades de las personas mayores. 
  3. Ofrecer atención integrada centrada en la persona y servicios y apoyos cercanos a las personas. 
  4. Que los cuidados lleguen a todas las personas mayores que lo necesiten. 

Siempre teniendo en cuenta las 7 Des:

  • Derechos y Deberes.
  • Dignidad.
  • Diversidad. 
  • Dimensiones de la vida: sanitarias, sociales, económicas, vivienda…Todas.
  • Diariamente, no según los momentos o circunstancias… 
  •  Directamente liderando  las propias personas mayores nuestras vidas y aportando nuestra colaboración  a la sociedad.

 Para ello las personas mayores tenemos Capacidad, Competencia, Conocimiento y Compromiso social. Como se ha dicho en esta Jornada tenemos que: Crear,Creer y Crecer.

Muchas gracias y mucha fuerza para conseguir las metas que nos propongamos.

Eskerrik asko

Cristina Rodríguez-Porrero

Coordinadora de la Comisión “Longevidad empoderada y colaborativa” de la Plataforma de Mayores y Pensionistas PMP 

crodriguezpor@gmail.com