LA DIPUTACIÓN QUIERE IMPLEMENTAR UN ECOSISTEMA QUE AÚNE A TODOS LOS AGENTES, PÚBLICOS, SOCIALES Y PRIVADOS QUE INTEGRAN EL SECTOR DE LOS CUIDADOS
IRAITZ ASTARLOA 23.03.2022
| 14:17
Gipuzkoa es uno de los territorios europeos más envejecidos y los datos hablan por sí solos. A día de hoy más de 50.000 guipuzcoanos tienen más de 80 años, una cifra que duplica los parámetros del año 2000. Y el envejecimiento no hace más que agudizarse. Los expertos auguran que para 2031 se alcanzará la cifra de 68.000 personas, lo que supone un crecimiento del 36%. De estos, 25.800 serán mayores dependientes, casi el doble que en la actualidad. Además, para ese año se estima que casi la mitad de la población de Gipuzkoa será mayor de 55 años.
Con
este panorama sobre la mesa, la
Diputación ha hecho del envejecimiento una política estratégica de su gestión,
con el objetivo de implementar un ecosistema que permita responder a los deseos de
las personas en la etapa final de su vida de una forma "integral y personalizada".
Ello implica la conexión e implicación de los servicios sociales, sanitarios y comunitarios
en un único ecosistema que permita prevenir y detectar la
fragilidad entre las personas mayores y retrasar las situaciones de
dependencia.
Con
esa vocación nace Zaintza HerriLab, una estrategia de
cuidados "comunitarios, compartidos e innovadores" que
tiene como fin último "mejorar la calidad de vida y facilitar los
servicios y los cuidados de larga duranción a todos los vecinos en situación de
dependencia y fragilidad en su propio domicilio".
Así
lo ha señalado este miércoles el diputado general, Markel Olano,
quien ha participado en una jornada de trabajo que ha reunido
en Pasaia a
180 profesionales del sector y representantes de entidades sociales e
institucionales para abordar los diseños y desarrollos de los ecosistemas
locales de cuidados en Gipuzkoa.
Y
es que en Pasaia, de la mano de la Diputación, la Fundación
Adinberri, los servicios sociales locales y Osakidetza, se está
implementando este nuevo modelo de atención, que "pone a la persona en el
centro de los cuidados", y que la Diputación busca extender al resto de
territorios.
El
planteamiento de base es sencillo: que una persona mayor que vive sola, a través de su ambulatorio o
de los propios servicios sociales del Ayuntamiento, reciba todo el abanico de
servicios y cuidados que pueda necesitar en lo sanitario, lo social y lo
relacional. Y para ello es necesario que haya una
estrecha colaboración
y coordinación entre todos los agentes involucrados en el
proceso.
Precisamente, la colaboración con el tercer sector social es lo que sustenta el modelo de políticas sociales de Gipuzkoa en las últimas décadas, pero ahora quiere se dar un paso más para "transitar hacia los cuidados del futuro". "Pasaia está abriendo camino en esa dirección. El trabajo que se viene realizando aquí es la clara muestra de cómo queremos desarrollar las políticas sociales en Gipuzkoa: estamos avanzando hacia un modelo de cuidados más comunitario, centrado en las demandas de cada persona, profundizando en la prevención de la dependencia y la fragilidad, impulsando la autonomía personal y los ciudadanos de larga duración y ofreciendo también apoyos a las personas cuidadoras", ha expuesto el diputado general.
PASAIA MARCA EL CAMINO
Actualmente, Pasaia cuenta con cinco proyectos innovadores que
parten de la propia comunidad y que ejemplifican bien el modelo que se
quiere extender en todo el territorio.
Buen ejemplo de ello es el programa Etxean
Bizi, de Matia Fundazioa, una experiencia piloto que tiene como objetivo
que "las personas que necesitan cuidados y quieran vivir en su casa puedan
seguir haciéndolo, con una vida digna y plena".
Esta experiencia piloto, que además de en Pasaia se ha
implementado en Elgoibar y Errenteria, ofrece además de acompañamiento tanto de
las personas dependientes así como de sus cuidadores, la gestión y coordinación
de todos los servicios de apoyo para que puedan seguir siendo atendidas en sus
domicilios.
Hurkoa ha desarrollado, junto a la consultora Ikei y la asociación
sin ánimo de lucro Lahar, el proyecto Hauskor, para implantar y desarrollar
el modelo de atención a personas mayores en situación de fragilidad.
Desarrollado en Pasaia, Arrasate y Azkoitia, ahonda en
la colaboración de los diferentes servicios sociales para abordar la fragilidad
en la tercera edad.
Ok en casa persigue "cuidar al que cuida" a través de la iniciativa
Zaindoo. "Es un programa de apoyo dirigido a las personas que cuidan a
un familiar mayor dependiente en el hogar, con el objetivo de mejorar su
calidad de vida y facilitar el día a día del cuidado", explican.
"Zaindoo permite establecer un canal de interacción sencillo y efectivo
entre la persona cuidadora y el sistema de apoyo OKencasa. Gracias a ello es
posible realizar un seguimiento de la evolución del cuidado y del estado de la
persona cuidadora, y posibilita a ésta el acceso a herramientas, recursos y
capacitación difíciles de acometer de forma presencial", añaden.
La ONG Adinkide, por su parte, ofrece
compañía, apoyo afectivo y amistad a los mayores. "Se han tejido vínculos
y sinergias con instituciones, agentes sociales y organizaciones de geriatría y
gerontología, como Matia Fundazioa, contribuyendo a la derivación de personas
mayores en situación de soledad que necesitan compañía y a la difusión de
Adinkide entre la ciudadanía", indican.
Finalmente, Biodonostia ha desarrollado Agase, un modelo para la valoración de la capacidad funcional de las personas mayores, cuyo objetivo es el "diseño y la evaluación de una batería de intervenciones basadas en la comunidad, en nuevos perfiles profesionales y en el uso de tecnologías, todas ellas dirigidas a la mejora de la capacidad funcional de las personas mayores".